Hace ya tres años que dejé de beber tras una operación en el corazón, a consecuencia de 3 infartos a los que por suerte sobreviví. A lo que no he sobrevivido es a la ansiedad producida por el síndrome de abstinencia que, en el medio en el que me desenvuelvo, es casi imposible asistir a un evento donde no haya vinos, chelas, licores y aguardientes.
El unirme a un grupo de NA con sesiones semanales ha ayudado bastante, pero lo que realmente calma mi cerebro y mi desasosiego cada que pienso o huelo el alcohol, ¡Es el chilito! (sin albur).
Situación que me ha convertido en el mejor catador de dulces picositos de todo México, y a las pruebas me remito. Así que he decidido publicar una lista con los que, a mi juicio, son los 10 mejores dulces de chilito en el planeta.
- En el número 1 tenemos los “Rellerindos” Vero. En cuanto a “dosis”, consistencia, tamaño, textura y balance; sin lugar a dudas, son los mejores. De forma y sabor a tamarindo, por dentro tienen una especie de “liquidito” un tanto más picoso y acidito. Les recomiendo chuparlos hasta llegar a ese centro delicioso para que entiendan de qué hablo. La ventaja de los “Rellerindos” es que no son tan grandes, y no hay necesidad de tenerlos en la boca escaldándote la lengua o acumulando tantos niveles de glucosa en la sangre, (bueno… eso no lo sé, no soy doctor, y éste no es un artículo de corte científico).
- Indiscutiblemente, en el puesto número 2 están los “Pulparindos Rojos”. ¡No mames! Si de por sí los Pulparindos Amarillos son un agasajo, imagínenselos no tan dulces y mucho, mucho, muchísimo más picosos. La “desventaja” es que te los acabas en dos mordidas, y terminarán tragándose tres o cuatro. (La sugerencia para su casa productora –Dulces de la Rosa-, es que los hagan más grandes como el “Pulparindo Amarillo Gigante”; y si me están leyendo, quiero decirles que su versión Verde de Sandía, está chafa, no les va a pegar, la neta).
- Para el puesto número 3 escogí un dulce que fusionó otros 2 en uno solo, creando un monstruo de-li-cio-so. Siempre he sido fan de los “Dedos Indy”, que en tamaño, sabor, y nivel picoso son casi perfectos. Después probé sus paletas “Marimbas”, que son como una Tutsi-Pop envuelta en una plasta de Dedo Indy; pero que la neta su magia era nuevamente el Dedo Indy, y la paleta de cereza resultaba muy, muy dulce al final. Pero algún genio de su “Departamento de Creatividad” tuvo la magnífica idea de fusionar los dos sabores, agregándole un toque de sandía en una paleta con una sola consistencia, creando nuestro exquisito puesto número 3: ¡Los Cerillos Indy! (Apenas los acabo de descubrir, así que quizá podrían escalar muy pronto a la cima de este conteo)
- El cuarto lugar se lo doy a los “Crack-Ups Fuego”. No me pregunten porqué los puse en la posición número cuatro, si sin problema alguno podrían estar en el puesto número uno o dos. Para aquellos que no tuvieron infancia, y no conocieron los Crack-Ups normales de un empaque rojo; son como la versión latina de los “Skittles” (caramelos masticables de colores del tamaño de una m&m, pero con textura chiclosa sabor a frutas). Bueno, pues a los cuates de Adams se les ocurrió “mexicanizarlos” y ponerles un toque de chile, que sí pica, y no mamadas. Pruébenlos y seguro se enamoran.
- La posición número 5 se la doy a Dulces Karla por su vasito blanco relleno de exquisita pulpa de tamarindo enchilada. Imagínense la consistencia de un “Pelón Pelo Rico”, pero más picoso y sin tanto rollo de apachurrarlo y luego destaparlo para rascar el resto con un dedo y batirte todo. El “Dulce Karla” fue mi favorito desde que era un crío y tenía 10 años, pero los dejé de ver casi otra década, hasta que me los volví a encontrar; ya no tan picosos como los de mi niñez.
- Otorgo el sexto lugar para las “Ricaletas”, esas paletas redondas sobre un abatelenguas, rellenas de polvito y cubiertas de caramelo macizo; ¡Me encantan! Solo que aquí entra de nuevo mi paranoia diabética, creyendo que ese caramelo es 100% azúcar quemada, y que todos los sobrecitos de Splenda de mis cafés matutinos valen madre en cuanto me meto una “Ricaleta” al hocico. Aún así, cada que las veo en una tiendita, me compro una o dos.
- En el puesto número 7 voy a poner a la que “Es paleta, es polvito, es la Raqueta Miguelito” (al menos así la venden en el metro de la Ciudad de México). Es una verdadera joya, solo que tiene un gran defecto; es tan grande que resulta ser un dulce casi caustico; porque no solo acaba por escaldarte la lengua, sino el paladar, y la parte interna de los cachetes (no sé cuál es el nombre científico de “la parte interna de los cachetes”). Pero en cuanto a sabor y nivel picante, es de mis favoritas.
- En el número 8 tenemos las “Rockaletas” de Sonrics, que son muy parecidas a lo que en mi infancia conocí como “Pachicletas” (paletas hechas en capas de colores con una bola de goma de mascar en el centro), pero con chilito entre cada una de dichas capas. Las “Rockaletas” podrían ocupar el puesto número uno si tan solo en lugar de chicle, tuvieran pulpa de tamarindo o polvito picoso, ya que su chicle está chafa, no sabe a nada, y se pone duro a la tercera masticada; sin mencionar que se pega en los dientes.
- Decidí darle el puesto número 9 a los “Pelonetes”, pero en su versión “Hot Intenso”, porque los de tapita verde son como para niños. Le dan un aire a los “Crack-Ups Fuego” pero son más aciditos y con ese toque de “Pelón Pelo Rico”, e insisto… los de tapa negra “Hot Intenso”, sí pican machín.
- Finalmente, en el puesto número 10 puse la “Paleta Takis Fuego”. Personalmente no me gustan los “Takis”, (esas frituras de maíz en forma de taquito dorado), pero cuando probé la versión paleta de Dulces Vero, quedé fascinado; de entrada porque el caramelo NO sabe a taco, sino a limón, además tiene la magia de esas paletas que las “empanizas” de chilito dentro de su bolsita, como las legendarias “Chipiletas· (Sí, esas naranjas de la ardillita). La “Paleta Takis Fuego” no logró entrar a mi Top 5, debido a que sí se mancharon con lo picosa, está muy buena, pero esa no solo quema la lengua, el chilito resulta abrasivo en el esófago y el estómago; y con eso de que tomo anticoagulantes para el corazón, si un día se me hace una úlcera, podría desangrarme por la barriga. Aún así, sí la recomiendo probar.
Quiero aclarar que quedaron fuera de esta lista muchos dulces picositos muy buenos, pero solo decidí escoger los 10 mejores. Así que haré mención honorífica para las “Paletas Enchiladas Luxus” (Que son MUY difíciles de encontrar), las maravillosas “Banderillas Betamax” (A las cuales yo les quitaría los huesitos), los “Chaca-Chaca” (Que están chidos, pero no soy tan fan del tejocote), los “Gusanos Lucas”, y todos los polvitos como el Tico-Rico, los Brinquitos y demás.
Para finalizar quiero aclarar que, por supuesto la ansiedad se puede curar sin dulces, es más; la ansiedad solo se cura con terapias que nada tienen que ver con “el chilito”, así que nunca es tarde para comenzar con una.